martes, 21 de diciembre de 2010

I pledge allegiance to a world of disbelief where I belong

Nunca he sido una persona muy interesante, y tampoco pretendo serlo ahora. No soy de esas personas que tienen siempre algún buen consejo para dar, o lecciones morales en cada frase. Nunca he escrito cosas de gran calibre -prueba visible de ello es esto- ni cosas para el recuerdo. Nunca fui buena para la oratoria. No sé escribir cosas interesantes o inteligentes por mucho que me esfuerce en escribirlas. No sé crear historias con cierto sentido de más de 7 líneas de largo. Lo más parecido a algo con calidad fueron unos cuentos de Navidad por los que gané varios certánemes del colegio con mi tierna edad de 8, 9 y 10. Eso sí, imaginación por un tubo. Canalizarla y expresarla en palabras, podríamos considerarlo como imposible. Con lo que me gusta escribir... Manda narices. Si todo sale bien podré hacerlo de la mejor manera que sé, con imágenes y música. Repito: si todo sale bien. Y no soy pesimista, soy realista. Tiene que abrirse el cielo, bajar Dios con tutú a darme unas palmaditas en la espalda, cambiar mis notas y subirme 2 puntos por asignatura, bailar claqué en una moneda de 5 céntimos y luego volver como y por donde vino. Pensándolo mejor, creo que todo saldrá bien.

Natural como la vida misma

1 comentario:

  1. Pero serás modesta, peazo mamona! Cómo me gusta lo que escribes, el que me gustes tú es ya algo que no comprendo, según tus teorías...
    ay, juls! :) no te quiero, qué va

    (osea, me ha quedado super cursi, eh! me voy a flipar y voy a decir que tengo que practicar más el español escrito... jejeje)

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