domingo, 2 de octubre de 2011

Verborrea #2831293219

De entre todas las cosas de este mundo, con todos sus entresijos, misterios sin resolver, curiosidades y demás insensateces, habrá una que siempre me fascinará por encima de todas las demás (y eso que soy bastante curiosa y sorprendible en cuanto al mundo se refiere): la mente humana. Ni mil bosones de Higgs conseguirían crear en mí una pequeña parte del misterio que me supone la mente (para quien no lo sepa, me parecen apasionantes los bosones de Higgs). La mente... También es recalcable el hecho de que sin ella los conceptos como todo o nada, incomprensibles para esta, tampoco servirían de nada si no intentamos comprenderlos. El caso es que la mente para mí esconde los mayores secretos del mundo. ¿Sabíais que, a pesar de usar el 100% de nuestro cerebro, sólo lo usamos al 10% de su capacidad? Entonces yo me pregunto... ¿Qué pasaría si lo usásemos al 20%? Y ya no digamos al 100%. La mente nos puede enfermar, nos puede curar, nos puede engañar y hacer ver la verdad con todo lujo de detalles. Somos nuestra mente (entiendo mente como unión de cerebro y alma, no vayamos a confundirnos).
Pero todo esto sin ánimo de ponerme científica en este tema tan escabroso.
Anoche una idea me atormentaba. No paraba de darle vueltas, era como tener a un pequeño tubérculo con patas encaramado a mi hombro hablando sin parar sobre cosas que me hacían querer tomar forma de pelusa. Ante esta estúpida situación, tomé el libro que me pillaba más a mano y me puse a leer. Como a pesar de ello no conseguí callar a la patata paranoica, decidí leer en voz alta, a ver si así le aplastaba con mi voz. Tampoco funcionó demasiado, hasta que decidí gritar las palabras en mi mente. Poco a poco la patata fue apagándose, y la voz de Jardiel Poncela (o por lo menos la que yo le pongo) le ganó la batalla a la patata parlanchina. Eso, y un par de raciones de "Palabras para Julia".
Qué curiosa es la mente. Porque los sentimientos también son producto de la mente, aunque se manifiesten en el corazón. Esa eterna batalla entre razón y corazón que nadie termina de entender, todo ocurre en la mente. La principal característica del corazón es que es el muro impenetrable de la razón. Si, esa odiosa frase de "el corazon tiene razones que la razón no entiende" es totalmente cierta. Porque no me creo que nadie aquí no haya sentido algo que racionalmente no tenía sentido. Querer algo inalcanzable, y no querer algo al alcance de la mano. Rechazar algo bueno y desear algo malo. ¿Qué sentido tiene? Sólo el corazón lo sabe.
La mente nos juega malas pasadas. Por ejemplo, te pasas semanas preparando un discurso perfectamente argumentado en el que dices absolutamente todo lo que tienes que decir, todo lo que en su momento no te atreviste a pronunciar, y en el momento de soltarlo no eres capaz de abrir la boca. Pero eso si eres afortunado. Si no lo eres, la abres y empiezas a farfullar palabras que fácilmente podrían pasar por vocabulario klingon.


Conclusión:
-BoaMistura-




As the winter winds litter London with lonely hearts, the warmth in your eyes swept me into your arms. Was it love or fear of the cold that led us through the night? For every kiss your beauty trumped my doubt. And my head told my heart "Let love grow", but my heart told my head "This time no, this time no". We'll be washed and buried one day, my girl, and the time we were given will be left for the world. The flesh that lived and loved will be eaten by plague, so let the memories be good for those who stay. The shame that sent me off from the God that I once loved was the same that sent me into your arms. And pestilence is won when you are lost and I am gone, and no hope, no hope will overcome. And if your strife strikes at your sleep, remember spring swaps snow for leaves. You'll be happy and wholesome again when the city clears and sun ascends.

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