viernes, 24 de febrero de 2012

Happy holidays you bastard!

No soporto decir "quiero escribir una nueva entrada" y que me achante este dichoso rectángulo blanco. Hijo de perra.

Bueno, sí, a 24 de febrero os digo: FELIZ AÑO, MAMONES. Y a callar todos, que no me había apetecido mucho escribir hasta ahora. Supongo que llego un poco tarde para daros el advice típico de cada año, pero también supongo que ya sabréis lo que hacer, pequeños lemures. A estas alturas poco os podré decir que no hayáis aprendido o no hayáis querido aprender ya. Pero como me siento en el derecho de deciros lo que me de la gana cualquiera de los 365 días del año, aprovecharé este vacío legal para decir que los propósitos de año nuevo también se pueden inventar en pleno agosto. Así que para el que no hizo propósitos realistas en Año Nuevo (o para el que directamente no los hizo), que no tema, tiene hasta el 31 de diciembre para fabricarse unos de verdad. Por eso os hablo de esto a 24 de febrero. Porque nunca es tarde para querer cambiar de vida.

Yo por mi parte he hecho un reciente reschedule en mi vida. A veces la propia vida te lo pide a gritos. Romper todos los esquemas previamente planificados y crear nuevos, en cartulinas de colores y muchos muchos rotuladores a juego. Es inevitable que se nos acabe el cuaderno, o enguarrinemos demasiado la agenda. Debemos empezar uno nuevo, y con cambios. Un nuevo corte de pelo, color de pelo, piercing, tatuaje o calcetines.

Empezaré por los calcetines, pero dadme hueco, que habi
endo hueco yo ya....

Cómo te diría yo.

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