[...] Después de dos años, comprendimos que ya podíamos intentar una lectura de los dieciséis versículos del cuarto capítulo del Génesis. A mis viejos amigos les pareció también que las palabras "tú le dominarás" y "gobiérnale a él" eran muy importantes. Y he aquí el oro extraído como resultado de nuestras excavaciones: "tú podrás dominarlo."
La traducción americana ordena a los hombres triunfar sobre el pecado, y llamáis al pecado ignorancia. La versión del rey Jacobo contiene una promesa en "tú le dominarás", queriendo significar que los hombres triunfarán seguramente sobre el pecado. Pero la palabra hebrea timshel, o sea, tú podrás, permite escoger. Acaso sea la palabra más importante del mundo, pues da a entender que el camino está abierto y plantea este acuciante problema: si dice "tú podrás", también es cierto que podría decir "tú no podrás".[...] Hay millones de miembros de sectas e iglesias que se inclinan más por la orden de "gobiérnale a él", y ponen todo su empeño en acatarla. Y hay otros millones que intuyen la predestinación del "tú lo dominarás". Nada de lo que hagan interferirá en lo que será. Pero el "tú podrás" hace al hombre grande, lo pone al lado de los dioses, porque a pesar de su debilidad, de su cieno y de haber dado muerte a su hermano, todavía le queda la gran libertad de escoger. Puede escoger su camino, luchar para seguirlo y vencer. [...] Esto no es teología. No me siento inclinado hacia los dioses. Pero experimento un nuevo amor por ese resplandeciente instrumento que es el alma humana; es algo maravilloso y único en el universo, siempre atacada y jamás destruida, gracias a ese "tú podrás".
-East of Eden, John Steinbeck
No hay comentarios:
Publicar un comentario